lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Qué pasa con Microsoft?

¿Cuál es el problema con Microsoft Windows? ¿Y cuál es el problema con las alternativas?

Yo no tengo grandes problemas con Microsoft. Sólo me parecen mal las tácticas que algunos les atribuyen, de carácter mafioso, y de FUD que presuntamente llevan años utilizando. Si ambas cosas son ciertas, me desagrada mucho esa compañía. Aún así, todavía le concedo el beneficio de la duda.

A quien no perdono es a muchas administraciones públicas españolas, que espero que debido a una mala planificación y gestión de los recursos, y a la asignación de proyectos a las personas no indicadas, o con criterios inválidos, nos obligan a utilizar programas propietarios, programas que cuestan dinero (y aunque no lo costaran igual, pero eso agrava el problema y lo hace más entendible hasta para aquellos que, lícitamente, sólo piensan en la economía), cercenando la libertad de los ciudadanos, en concreto la mía, para utilizar o no esas aplicaciones, para comprarlas o no, para no dar dinero a la gran empresa que normalmente anda detrás, o para piratear o no determinados programas.
Estoy hablando de las webs de las administraciones que te dan los datos en formato Microsoft Excel o Word, o que están en Flash ( ! ), o los medios en WMA y WMV (los formatos de audio y video de Microsoft Windows Media Player) o una de las últimas que he visto, necesitas tener el Adobe nosequé para poder rellenar formularios. ¡Venga ya, hombre! Por muy "guay" que sea, no se puede secuestrar así la libertad de las personas.

No vale decir que no hay alternativa, por dos razones: si eso fuera verdad, lo que habría que hacer sería crearla, nunca obligar a los ciudadanos a aumentar las cuentas de beneficios de empresas concretas; pero es que además hay montones de alternativas. Toda la información publicada en Internet debe ser de acceso universal en mi opinión, máxime las documentaciones y aplicaciones públicas, y hay disponibles muchos estándares y aplicaciones alternativas para hacer la web útil y bonita a todos. Por no hablar de la accesibilidad, que merece capítulo aparte. Pregunten a algún amigo invidente, por ejemplo, qué tal le parece la web del Ayuntamiento de Daganzo, donde hay trozos de Flash por doquier. No los puede utilizar.

Volviendo al tema de la piratería, esta actitud inclina a la gente a piratear esos programas, porque "son los que les sirven", son "los que todo el mundo usa" y, por supuesto, no creeremos que van a comprarlos ¿verdad? Mucha gente sí lo hace, por supuesto, pero no seamos hipócritas, todos sabemos que la mayoría de la gente que los usa (no es mi caso) lo hace de forma ilegal (otra cuestión es si es justa la ley que infringen). Entonces, pues nada, sigamos "obligándoles" a piratear.
 
Afortunadamente, este problema parece que está disminuyendo en los últimos años. Todavía es frecuente encontrar documentos en formatos de Microsoft Office, aunque cada vez son más comunes los PDF y otros formatos más estándares, pero por ejemplo el Flash está tendiendo a desaparecer de las webs públicas y de un tiempo a esta parte en casi todas van apareciendo los signos que indican una preocupación por la accesibilidad y la universalidad de la información. Bien por ellos.
 Y de las administraciones públicas, al ámbito privado, esperemos. Pero eso ya, cada uno que haga lo que quiera.



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