martes, 27 de septiembre de 2011

jueves, 28 de abril de 2011

La basura en el suelo del bar

Texto: Pablo Martín de Serdio

Ayer, al salir del teatro, paré a tomar un refrigerio en el típico bar castizo, ESPAÑOL, con todo lo que ello implica. A saber: fotos de toreros, fútbol a todo volumen en el televisor, máquinas tragaperras incitando al juego, en la barra raciones de criadillas, callos y otras delicias. También había una cabeza de toro disecada que ni siquiera era de verdad, era de plástico, lo cual me pareció bastante patético. Y para completar el catálogo de tópicos, el bar cumplía con una de las características más llamativas para el visitante extranjero: un suelo plagado de toneladas de papeles, cabezas de gamba, palillos, huesos de aceituna y demás delicias semimasticadas con tal carga de gérmenes que acabarían en un par de horas con toda la familia de don limpio y pato wc. Eso sí, el bar se reserva el derecho de admisión y prohíbe el acceso con perros. Lo de fumar, es otro cantar. Por suerte para la mayoría, ya no se puede fumar en los bares. 

El caso es que cualquiera que venga de fuera pensará que somos unos cerdos, porque tal costumbre no puede ser más incivilizada. Tanto, que incluso los japoneses advierten a sus conciudadanos de lo que se pueden encontrar aquí para que no se lleven un soponcio. En esta página lo explican bien clarito:

http://www.spainbar.com/web/07.html

lunes, 25 de abril de 2011

Semana Santa - Pirineos - Parte I




























Signos inequívocos de que os hacéis mayores

Dicen las alimañas que hay signos inequívocos que hacen que nos demos cuenta de que nos hacemos mayores. Podemos dejar a un lado las canas, el efecto de la gravedad y las arrugas y hacer un sencillo test:

- ¿Te cuelas en la frutería, carnicería o allá donde haya una cola?

- ¿Tu moreno dura todo el año?, ¿se te pone la tripa morena?

- ¿Te gusta la fruta escarchada?

- ¿Pronuncias alguna de éstas frases?:
     Hoy en día la juventud...
     Antes había más respeto...
     Cuando solo había dos canales...
     He ido a la compra, me he gastado x y no he comprado ni carne ni pescado, el dinero no cunde lo que antes...
     Cuando yo estaba en EGB, BUP, COU...
     Hace dieciocho años que no veía a fulanito...

- ¿Miras con nostalgia al pasado pensando que las cosas ya no son lo que eran?

- ¿Prefieres una peli en casa antes que salir con los amigos?

- ¿Alguna vez pones excusas para no salir como: tengo que planchar, tengo que poner una lavadora o tengo que hacer zafarrancho en el rancho?

- Cuando estudiaste; ¿España estaba dividida de diferente manera?, ¿te han cambiado el sitio de los países y algunos nombres?, ¿religión era una asignatura?

- ¿Ya no puedes dormirte en el coche, en un salón repleto de gente o echas de menos tu cama cuando sales de viaje?

- ¿Te duchas en la playa cada vez que sales del agua y te limpias los pies a conciencia porque te molesta la arena?

- ¿Tu madre ha dejado de meterse con tus pintas y tu padre de apretarte las tuercas?

- ¿Reconoces al personaje de la foto de cabecera?, ¿sabes quién es Xuxa?, ¿conoces canciones de Miliki?

Amigos, si la mayoría de vuestras respuestas son afirmativas, os estáis haciendo mayores, ya lo siento...

P.D. Lo de la fruta escarchada es un bulo: mamá sigue comprándomela en navidad.

P.D.II. Nunca he pronunciado una de esas frases y nunca jamás volveré a hacerlo.... jijiji.

miércoles, 20 de abril de 2011

Dichosas puntillas...

Estar pasando unos días en un pueblo pequeño del pirineo aragonés tiene sus cosas buenas, una de ellas es que te fijas en cosas tan pequeñas como:

- Las casas tienen muebles de pino, flores secas y están repletas de puntillitas dichosas por todas partes. Te sientas en el sofá; se cae la puntilla del respaldo, que la recoges; se cae la del reposabrazos, que pones la mesa; los mil artilugios que hay encima de ella tienen su respectiva puntillita... Al final las puntillas te declaran la guerra y siempre, y cuando digo siempre es siempre, la ganan. Da lo mismo lo que hagas con ellas, siempre terminan apareciendo de nuevo en el mismo sitio (Hijas de puta...)

- La gente se vuelve a mirarte y muchos se aventuran a preguntarte el famoso:
      ¿Y tú de quién eres?
     Pues yo soy Torrecilla señora.
     ¡Ah, es verdad!, eres clavadita a tu padre.
     Mi padre es González señora, es mi madre la que es Torrecilla.
     Oh, pues eres clavadita a tu madre.
     Sí, señora, todo el mundo me lo dice (juas).

- Las paisanas van todas a la misma hora a la carniería para poder esperar durante un par de horas en la cola y ya de paso parlotear y parlotear poniendo fino al cura que hizo un responso raro, a la hija de fulanita que se ha divorciado o al nieto de Pascuala, que resulta que está siempre borracho. (Mientras despellejan a dichas personas, sus maridos están en uno de los dos bares del pueblo tomando carajillos sin alcohol, anís 0,0 y sol y sombras descafeinados ¡no te jode!)

- Los paisanos son un poco más moderados, quitando las cartas, la pesca y los productos 0,0º, su único aliciente es mirar los nuevos culetes que la semana santa trae por el pueblo, más vicioso, pero mucho más sano... ¡donde va a parar!

- La gente "de ciudad" llega como cuando un foragido llegaba a un pueblo del lejano oeste, más tiesos que un palo, con actitud desafiante y desenfundando su cartera a diestro y siniestro con la esperanza de que la gente se dé cuenta de que encontró mucho oro cuando en su momento se fue a "hacer las Américas". Las paisanas ya se encargarán de hacerles un traje a medida el lunes que viene en la carnicería y los paisanos remirarán sus dorados culos como manda la tradición.

- A los empresarios del pueblo les toca hacer de "fulanas", (con todo mi respeto). Intentan hacer dinero y tienen que complacer a los de dentro y a los que vienen de fuera. Unos porque exigen un trato especial por ser clientes a diario, los otros porque vienen con dinero fresco y se sienten con derecho a todo. El caso es que tienen que salir todos satisfechos por el mismo precio.

- Luego están los que pasan de unos y de otros, que van a su bola y que se dedican al famoso, ver, oir y callar, hacen su trabajo, son agradables, dispuestos a ayudar siempre y muestran su cariño de un modo más sibilino, supongo que practican lo de que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha, tan apropiado para estas fechas. Son los menos, pero existen, os lo prometo. 

En fin, que lugareños y forasteros nos juntamos, unos más modernos que no somos necesariamente los que venimos de fuera, otros más chapados a la antigua, pero todos, todos, TENEMOS PUNTILLITAS.