jueves, 31 de marzo de 2011

Yo tenía un jardín

Yo tenía un jardín, era verde, con sus hojitas, sus ramas, su tupida cortina... me proporcionaba intimidad con los vecinos, frescor en los calurosos meses de verano, relax en mis paseos mañaneros...
Un día, un hombre muy malo, vino a nuestro jardín y dijo: ¡ésto hay que sanearlo!, y dicho y hecho, cogió las tijeras de podar, se puso su gorra aniquiladora y esquilmó la enredadera, y cuando digo esquilmar no me refiero a que cogió el fruto como sugiere la primera acepción, si no que sgotó la fuente de riquesa más de lo debido tal y como indica la tercera.
Desde hace dos meses, salgo casi a diario a llorar al jardín, la hablo, la pido mil perdones y la prometo que jamás volveré a dejarla en manos crueles y aniquiladoras. 

Hoy, estaba dando mi paseo por el jardín tan tranquila pensando en la muerte (porque amigos, no os confundáis, no se puede pensar en naturaleza viva, en lo transcendental, en el a dónde vamos y el de dónde venimos de turno con una enredadera marrón, sin hojas, triste, a la que todavía escucho decirme: ¡traidora!) cuando he visto que hay muchos brotecillos verdes que piden paso. No os podéis imaginar la alegría que me ha dado, así que los regaré, abonaré, pondré música alentadora para ver si así recupero mi jardín.
¡Ánimo pequeña!, mantendré alejado a mi padre de tí, lo prometo.

4 comentarios:

  1. paciencia amiga, que la naturaleza es muy sabía y volverá a lucir muy frondosa. ;P

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  2. ¡Buaaaaaaaa! ¡Yo participé en la masacre! ¡Estoy muy arrepentido! ¡Por favor, enredaderita bonita, ponte verdecita! :-(

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  3. No sé porqué... me suena que yo he podado alguna otra vez esa enredadera... Muchas malos malignas se han posado en ella

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  4. Gracias chicos, veo hojas verdes al final del tunel...

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