Y entonces llegó Nacho García Peña

Ayer me paseé por Lavapiés para ver la exposición de fotos que hacía un viejo amigo mío (jamás imaginé que de mi boca pudiese salir algo así...) en el Tío Vinagre.

No voy a hacer una reseña muy extensa, las fotos y los comentarios o poemas de las mismas hablan por sí solos, por lo que sobran mis palabras a la hora de describir el sentimiento que evocan todas y cada una de ellas. No obstante voy a intentar explicaros cómo fue el tema:

Partiendo de la base de que unas gustan siempre más que otras, os puedo decir que todas tienen una gran fuerza, son originales a la par que sencillas y representan momentos de lo más cotidiano vistos desde el objetivo de su cámara. Él presta especial atención al sentimiento que transmite cada una de ellas, con tacto, con dulzura y dejando preguntas en el aire que supongo que para cada uno de nosotros tendrán sus respectivas respuestas, o no, quién sabe.

No fueron muchas las fotografías, ni siquiera el lugar era especialmente espectacular, pero sí os puedo decir que estaba lleno de encanto y de mucha magia.

Ya que estamos, os recomiendo visitar de Brotes y Raíces, ver un poco su trabajo y disfrutarlo, ya sólo la entrada que tiene es curiosa: Hay que ver para sentir, escuchar para decir, callar para otorgar. Hay que reír o llorar porque nada nos deja indiferentes.

La exposición estará hasta finales de abril, ahora que viene el buen tiempo, que los pajarillos cantan y esas cosas...

Para los amantes de la lectura os recomiendo que echéis un vistazo a su libro, tenéis toda la información necesaria para conseguirlo aquí.

Ya de paso, y aprovechando el momento, le dedico una canción raruna de esas que me gustan a mí:

¿Y después?