¿Moscú?
No, Madrid. Hace poco más de cien años, entre 1902 y 1910, el arquitecto Fernando Arbós levantó en la calle de Alcalá la iglesia de San Manuel y San Benito. Es el mejor ejemplo de aquitectura neobizantina de la capital. Tiene planta de cruz griega y una cúpula en cuyas pechinas se representan los cuatro evangelistas. Durante la Guerra Civil se salvó de las llamas, pero sólo porque el Gobierno del Frente Popular decidió utilizarlo como almacén.
¿Nueva York?
No, Madrid. La fachada del Banco de España es uno de los edificios más conocidos de Madrid, no así su interior, que no desmerece en nada la magnificencia que se ve desde fuera. Aunque el Banco de España fue fundado en 1856 no ocupó la actual sede hasta finales de siglo, cuando se levantó este edificio en el mismo corazón de la ciudad. Por fuera es de estilo neoclásico con toques venecianos, por dentro se asemeja a estaciones de tren como la neoyorquina de Grand Central Station.¿Roma?
No, Madrid. Al noreste de la ciudad, no muy lejos del aeropuerto de Barajas, se encuentra el parque del Capricho. En origen fueron los jardines del palacio de los duques de Osuna, un palacete neoclásico que se encuentra en uno de los extremos del parque. Tanto los jardines como el palacio fueron levantados entre a finales del siglo XVIII. El templete dedicado a Baco, dios del vino, es uno de los monumentos más característicos de estos aristocráticos jardines.¿Florencia?
No, Madrid. Las Escuelas Pías de San Fernando, en Lavapiés, fueron el primer colegio de los Escolapios que hubo en Madrid. El edificio, dedicado al santo patrón del entonces monarca Fernando VI, se construyó en el siglo XVIII y era una escuela para niños pobres. El 19 de julio de 1936, un día después del alzamiento, militantes de la CNT le metieron fuego, pero no fue reconstruido posteriormente. Mantuvo su estado de ruina hasta que en 2002 la UNED lo habilitó como biblioteca dejando visible parte de la ruina como recuerdo de la Guerra Civil.
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